lunes, 25 de febrero de 2008

Viaje a París (23/02 - 25/02)

Uno de mis primeros viajes ha sido a París con mi amiga Jud. La verdad es que al estar tan ocupada con el trabajo y los estudios, ella fue la que se encargó de todo, es decir, de organizar el viaje y buscar un hotel barato.

Sábado, 23-02


A nuestra llegada, fuimos a la tienda Baby, The Stars Shine Bright. Pero, para nuestra desgracia, la tienda estaba cerrada. A pesar de todo nos hicimos unas fotos en la entrada para captar el momento. No perdimos la ilusión y decidimos volver al día siguiente.

Después nos dirigimos hacia el hotel para dejar las maletas. Una vez hecho esto, iniciamos nuestra ruta en París sin perder el tiempo.


Nuestro primer destino fue el Museo Louvre. Tenía muchas ganas de entrar en este lugar tan famoso por tener tantas obras de arte y por ser el antiguo Palacio Real. Si por fuera el triangulo resultaba impresionante, por dentro era una maravilla por todas las obras de arte que contenía.


Por supuesto, no podía faltar nuestra foto frente a la La Gioconda de Leonardo da Vinci (la cual nos sorprendió que fuese tan pequeña...). Hicimos muchísimas fotos y prácticamente pudimos visitar todas las salas. Eso sí, tuvimos que ir una gran velocidad para que nos diese tiempo de verlo prácticamente todo (dejamos de lado las salas que no nos interesaban). Además, como dato curioso nos sorprendió ver que estaba prohibido hacer fotos con flash (cosa que acatamos al inicio hasta que vimos que todo el mundo las hacía).

Al salir, después de descansar un poco, fuimos a visitar el Arco del Triunfo y a la Plaza de la Concordia. Por la noche, fuimos a visitar la Torre Eiffel y los Campos Elíseos, visita que decidimos aplazar para dos días más tarde debido a que estaba todo muy oscuro.

Domingo, 24-02


Al día siguiente aprovechamos para ir al Palacio de Versalles. Durante el viaje de ida nos hicimos amigas de una pareja de ancianos japoneses muy majos. Incluso, nos hicimos una foto con ellos.

El interior resultó ser un lugar magnífico y de ensueño. Nos sentimos como verdaderas princesas visitando todos aquellos lugares donde habían estado los reyes franceses desde Luis XIV hasta Luis XVI y María Antonieta.


El palacio es enorme y contiene un gran nombre de obras de arte. Los jardines están muy bien cuidados y son preciosos (seguramente en primavera deben ser mucho más bonitos). El problema es que estábamos tan cansadas que al final no visitamos ni el Gran Trianón ni el Pequeño Trianón. A día de hoy me arrepiento de no haberlo visitado, la verdad.


Una vez volvimos a París, nos dirigimos a ver la torre Eiffel, donde pagamos la entrada para subir hasta la parte más alta. Este símbolo de Francia ofrece una vista magnífica del paisaje parisino. Tanto por dentro (para ver el paisaje) como por fuera (para ver esta enorme estructura) merece la pena visitar. Además, la casualidad quiso que nos encontráramos con unas amigas de Jud. El mundo es un pañuelo, ¿verdad?

Seguidamente, fuimos a la Catedral de Notre Dame. Fue un poco patético porque yo empecé a gritar "A ver si encontramos a Quasimodo". Eso pareció hacer un poco de gracia a Jud, pero no a una persona que pasaba por allí que me miró bastante mal.

Lunes, 25-02


Al día siguiente por la mañana encontramos por fin abierta la tienda Baby, The Stars Shine Bright. La chica que nos atendió (Yu) fue una verdadera monada y nos atendió de forma muy atenta. Al final, después de probarnos algunos (preciosos) vestidos, acabamos por comprar un vestido cada una. El mío, como era de esperar, era rosa y muy sencillo.

Al salir de la tienda nos dirigimos a otras tiendas de la misma temática, donde volvimos a tener deseos de comprar (pero fuimos fuertes y aguantamos valientemente).


Al dirigirnos hacia la estación para coger el autobús que nos llevaría al aeropuerto, nos dimos cuenta de que no sabíamos donde estaba. Finalmente, acabamos por perder el autobús, pero lejos de enfadarnos, buscamos desesperadamente un taxi. El problema es que no sabíamos a quien preguntar y estábamos muy perdidas. Al final dimos con un chico muy majo que nos guió hasta los taxis (después nos dimos cuenta que no le habíamos dado ni las gracias). El taxi nos salió por un ojo de la cara, pero nos lo tomamos con humor al poder volver a casa.

Una vez en casa estaba tan cansada que no actualicé el blog. Pero, además de estar cansada, estaba muy contenta de haber hecho un viaje con Jud. Me lo pasé verdaderamente bien y me sirvió para desconectar. Nunca olvidaré los momentos y las risas que tuvimos durante nuestro primer viaje.