domingo, 2 de agosto de 2009

Día en Ôsaka (2)

Nuestro día empieza más tarde de lo normal (a las 9 nos hemos despertado) para dirigirnos a Sumiyoshi taisha, lugar donde Murakami Shikibu escribió Genji Monogatari. Hemos lanzado una moneda de 1 yen para desear que nuestro viaje continuase tan bien como hasta el momento.

El problema ha llegado cuando en la estación había recordado que había olvidado mi cámara en el lavabo. Al volver al lugar, hemos comprobado que no se encontraba. Es por ello que hemos tenido que ir a la comisaria y explicarle al policía (como podíamos) lo que había ocurrido. Lo curioso ha sido el momento en el que el policía ha sacado un pequeño libro donde había escrito que entendía español... ¡pero en realidad no era así!. Siguiendo su consejo, hemos vuelto al hotel para buscar un teléfono y una dirección de contacto. Al final hemos decidido no regresar a la comisaria porque estábamos seguras de que no devolverían la cámara de fotos. ¡Menos mal que todas las fotos estaban guardadas en el ordenador!

Así que, acto seguido, nos hemos dirigido a una tienda de cámaras para comprarme una. Al final me he decidido por la más económica porque era la que estéticamente me gustaba más y no era táctil (además, me han hecho un pequeño descuento).


Después de tantos nervios, nos hemos dirigido al Museo del Takoyaki, como estaba previsto. Y, como era de esperar, hemos comido takoyaki.
Una vez comido, hemos dado un paseo por el museo y Jud ha comprado algunas cosas relacionadas con la temática. Además, hemos visto una tienda similar a la Kiddy Land que hay en Tôkyô algo más económica. Hemos resistido la tentación para comprar cosas monas allí.


A continuación, nos hemos dirigido a Umeda Sky, un edificio gigante que muestra unas vistas preciosas de Ôsaka. No estaba muy segura de subir porque en Sapporo resultó ser un fracaso subir en teleférico a la Montaña Moiwa. Pero no ha sido así. ¡La vista ha sido preicosa! La ciudad se veía iluminada por las luces y parecía que no tuviese fin.

He aprovechado para comprar un candado con forma de corazón, escribiendo Carlos y Elena y la fecha en la que empezamos a salir. Ha resultado curioso ver la cara de la chica que nos ha atendido, pensando que escribiríamos nuestros nombres.


Y, finalmente, hemos ido a cenar okonomiyaki, después de dar un paseo por Dôtonbori. La calle estaba llena de gente y han tardado un poco en traernos la comida. ¡Pero ha merecido la pena, la verdad! Hacía tiempo que estábamos deseando comer okonomiyaki.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Gracias por tu comentario! ^_^