martes, 28 de julio de 2009

Día en Izumo Taisha, Nima y playa Kotoga

Hoy ha sido un día bastante tranquilo (en comparación con los otros). El problema ha llegado cuando, al estrenar unos zapatos, me han salido unas heridas en los pies. Gracias a las tiritas, he podido sobrevivir a lo largo del día.


Nuestro primer destino ha sido Izumo. Allí, hemos cogido un autobús que nos ha dejado en la puerta de Izumo Taisha, un precioso y tranquilo templo. Este templo lo conozco gracias al manga de Shaman King de Hiroyuki Takei, por eso tenía muchas ganas de visitarlo.

Una vez dentro, nos hemos dado una vuelta y hemos acabado por comprar un mamori cada una después de conseguir la traducción (el mío era para la fortuna y el de Jud era para los estudios).

Al volver a la estación unas señoras se han puesto a hablar con nosotras. Ha sido muy difícil comunicarnos con ellas porque apenas entendíamos lo que entendían.


Nuestro siguiente destino ha sido Nima, donde hemos ido a visitar el Museo de Arena. Allí se encuentra el reloj de arena más grande del mundo. Este lugar lo conocemos gracias al manga Reloj de Arena (Sunadokei) de Hinako Ashihara.

Cerca de la entrada se encontraba el famoso reloj de arena que marca 1 año. Hemos visitado todo el museo, donde muestran diferentes tipos de relojes de arena, diferentes tipos de arena y, por último, la obra de Sunadokei (manga drama y película).

Una vez visto todo, nos hemos tomado un chocolate caliente y hemos ido a comprar en la tienda del museo. Habían cosas preciosas hechas de cristal (no he podido evitar comprar un gato negro con alas) y relojes de arena. Finalmente, he decidido comprar dos relojes de arena (uno de cada color) y el artbook del manga de Sunadokei.


A continuación, nos hemos dirigido a la playa Kotoga, que también sale en el manga de Sunadokei. Una estudiante japonesa ha tenido la amabilidad de acompañarnos a la playa. Esta playa es famosa porque dicen que la arena es musical. En realidad, al pisar con fuerza hace un ruido muy curioso.

Al principio, debido al mal tiempo, habíamos pensado en no bañarnos, pero... Después de mojarnos nuestras faldas, decidimos bañarnos. A pesar de que hacía bastante frío, en el agua se estaba bien. Notábamos las corrientes de agua fría y caliente todo el rato.

Así que después de bañarnos y quitarnos la arena (además de guardar un poquito de recuerdo), hemos vuelto a la estación y nos hemos dirigido hacia el hotel.

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